Sobre la ciudad

Prehistoria en La Nucía:
Los primeros pobladores de esta zona vinieron atraídos por las frondosas tierras y los manantiales de agua situados sobre un promontorio, donde se situaría el futuro pueblo de La Nucía. Un enclave cerca del mar y la montaña en un lugar privilegiado, cruce de caminos para acceder a las distintas vertientes del Valle de Guadalest, tanto en el pasado como en el presente.
De los Íberos a la Independencia:
Poblada por los iberos en los albores de la civilización occidental, esta tierra recibió a fenicios, romanos y árabes, como colonizadores, como comerciantes o como invasores armados, hasta que en el siglo XIII se configura dentro del Reino de Valencia, en la España cristiana, tras una última resistencia del caudillo Al-Azraq frente a Jaime I. La comarca fue escenario, después, de episodios crueles durante la Guerra de las Germanías, en 1521, y padeció el asalto sistemático de los piratas berberiscos a lo largo de los siglos XVI y XVII, que utilizaban El Cautivador, que hoy da nombre a un paraje, para encarcelar o tener cautivos a los prisioneros de sus incursiones.
Nuestra Historia Contemporánea:
En 1705 La Nucía se constituye como pueblo independiente al emanciparse de la Baronía de Polop. La historia nos muestra, con este dato, cómo tienen raíces compartidas la mayoría de los pueblos que forman la Marina Baixa, una de las siete comarcas que constituyen la provincia de Alicante, en la Comunidad Valenciana.
Basada su prosperidad en los recursos de una tierra fértil, ésta no bastó para asegurar el crecimiento demográfico del siglo XIX, que obligó a emigrar a muchos jóvenes. En esa búsqueda de trabajo por otras provincias españolas, países o continentes, los nucieros demostraron ser hábiles en profesiones difíciles como la cantería o la charcutería y también asumieron los más variopintos trabajos en lugares tan diferentes como Filipinas, los Estados Unidos, Argentina o, más cerca de casa, en Argelia.
 
Podemos pensar que esta difícil etapa era la última fase del aprendizaje necesario para poder llegar a ser ese pueblo que destaca hoy por su sentido de la acogida. Así lo viven numerosas familias de otras regiones españolas y de muchas naciones extranjeras que buscan aquí una vivienda como segunda residencia o para habitarla durante largas temporadas cada año. Como si, junto a la bondad del microclima, les sedujera el ánimo cálido que aquí encuentra cualquier persona, en un horizonte abierto y plural como lo han sido las páginas de esta larga historia.